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Qué es la legionella, cómo se transmite y su tratamiento

02/03/2019

¿Qué es la legionella?

La legionella o legionelosis es una enfermedad causada por la bacteria Legionella pneumophila que vive y se desarrolla en ambientes acuáticos naturales (estanques, ríos, lagos, embalses, etc.), desde donde puede colonizar los sistemas de abastecimiento de agua de las ciudades, incorporándose a las redes de agua de los edificios y otros sistemas que requieran agua en su funcionamiento.
 
La legionella como enfermedad, puede presentarse fundamentalmente de dos formas clínicas: por un lado, la infección pulmonar o ‘enfermedad del legionario’, que se caracteriza por ser una neumonía con fiebre alta, y por otro lado, conocida como ‘fiebre de Pontiac’, que se manifiesta como un síndrome febril agudo.
De esta forma, la manifestación de la gravedad de la enfermedad, puede ir desde una tos leve hasta una neumonía grave, causando la muerte.
 
Según la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad se localiza en todas las partes del mundo.

¿Cómo se transmite la legionella?

La temperatura óptima de crecimiento de la bacteria de la legionella es de 35 a 37 grados centígrados. Por este motivo, puede encontrar condiciones ideales para su reproducción en los sistemas de agua caliente sanitaria, sistemas de agua climatizada, fuentes ornamentales y jacuzzis o sistemas de riego, por ejemplo.
 
La forma más frecuente de transmisión e infección es por inhalación: los depósitos contaminados existentes en las instalaciones de agua pueden dispersar gotas que contengan la bacteria en el aire y cualquier persona expuesta puede llegar a respirar esas gotas. 
 
Según la Organización Mundial de la Salud, en Europa, Australia y Estados Unidos, se detectan aproximadamente de 10 a 15 casos de legionelosis por cada millón de habitantes. Entre un 75% y un 80% de todos los casos notificados se trata de personas mayores de 50 años, mientras que entre el 60% y el 70%, son hombres.
 

Tratamientos preventivos de la legionella

La legionella no puede prevenirse a nivel individual, pero sí a nivel comunitario, aplicando distintas medidas higiénico-sanitarias en las instalaciones implicadas.
 
Prevenir esta enfermedad, que se considera fácilmente controlable y erradicable, depende del buen mantenimiento, limpieza y desinfección periódicos de los sistemas de agua caliente, equipos de refrigeración, depósitos o circuitos de agua de los edificios.

Analizamos caso por caso y llevamos a cabo un plan de seguimiento y control específico que se adapta a las características y necesidades de cada cliente.

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